sábado, 27 de agosto de 2011

Desde una organización tradicional-vertical hacia una organización basada en la Horizontalidad y la participación. Una visión andragógico-gerencial. Autores: Toba Igualada, Consuelo y Gil Otaiza, Ricardo.

Cuando se estudian las organizaciones desde el punto de vista teórico, se percibe que responden a criterios que están fuera de lugar a la luz de los tiempos globales y complejos que predominan hoy día. Todo esto, como se ha de suponer, hace de ellas entes rígidos, no participativos, encerrados en sí mismos, en donde las interrelaciones entre cada uno de sus miembros están en correspondencia solo con el cumplimiento de los objetivos organizacionales.

La investigación lleva sin lugar a duda  a la idea de la organización endogámica, que se mira solo a sí misma y no establece los canales de apertura ni los vasos comunicantes con su entorno. Eso conlleva la falsa premisa de que la organización es una estructura burocrática, que de manera egoísta busca con apremio alcanzar sus metas, sin importarle el cómo se llevan adelante sus propios procesos, su evolución organizacional, la interrelación entre sus miembros, y mucho menos el impacto en el contexto social y en el medio ambiente.

En este artículo el autor cita a  Gil Otaiza (2005), “la andragogia se erige como un camino expedito para un desarrollo (en el presente caso organizacional) sustentado en el ser humano, en sus valores, en sus inmensas posibilidades de construir un mundo mejor” (p. 277). Es decir, se abrió todo un espectro que permite aflorar la idea del salto cualitativo desde una organización tradicional vertical, hacia una organización gerenciada a partir de los principios de la participación y la horizontalidad.

Como las  organizaciones están constituidas por personas que se interrelacionan y actúan, y de sus acciones derivan consecuencias, es lógico pensar que al incidir de forma determinante en la manera como se comunica e interrelaciona el talento humano (horizontalidad) y como interviene cada miembro en sus propios procesos de crecimiento personal y corporativo (participación), el resultado final será una organización más dinámica, más abierta a lo  interno y a lo externo, más productiva y mas compenetrada con las necesidades de orden social y ecológico. Los ámbitos relacionados en la investigación del autor (andragogico, gerencial y ecológico), jamas podrían ser vistos como antagónicos y mucho menos excluyentes. Todo lo contrario, desde el punto de vista de lo que cada uno posibilita como contexto, como espectro en sí, se complementan, al favorecer (y muchas veces propiciar) la puesta en práctica de cada una de las tareas que les son naturales.

Se hace urgente dejar atrás viejas concepciones organizacionales, en las que se parte de la premisa de que la organización es solo un conjunto de personas reunidas en torno a unos objetivos comunes para alcanzar una meta. Hoy se debería pensar más en función a la interrelación permanente y fluida entre el talento humano, en la relación corporación-entorno social, en la relación estrecha y positiva organización-medio ambiente. Las organizaciones de hoy deben buscar reinventarse a cada instante a los fines de hacerse más productivas y más protagónicas en sus ámbitos de acción.

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